La arena de la discordia
El desarrollo de la red de carreteras y de los grandes núcleos urbanos ha dejado de lado a una gran parte de pequeñas localidades, cuya voz a penas se escucha (al menos entre el gran público). Es posible que en los municipios del norte de la isla este silencio sea menos palpable, pero en la zona más septentrional, el paso desde Candelaria hasta Los Cristianos supone el tránsito por un desierto en el que nadie repara.
En medio de este desierto se encuentra el municipio de Fasnia, uno de los más pequeños de la isla y que acoge a poco más de dos mil tinerfeños. Más en concreto en su costa abrupta a menudo azotada por el viento queda un reducto de vida, que se concentra entre el antiguo caserío y una poco homogénea urbanización.
Fue hace unos meses cuando en esta centena de ciudadanos silenciados, y cuyos impuestos parecen no valer igual en lo que se refiere a mejora de infraestructuras, servicios, educación, salud... (no hablaré en esta ocasión de campos de fútbol abandonados o parques infantiles que se reducen a un columpio que se encuentra tras una puerta cerrada con llave o carreteras con asfalto llenas de brechas ...) algo parecía cambiar: comenzaban los trabajos de mejora y acondicionamiento de la playa de El Abrigo. Para quien no la conozca (estimo que el 99% de los lectores) se trata de una pequeña playa de callao, de la que desde hace años existían proyectos destinados a construir un rompeolas, colocar muros de contención para proteger a los bañistas de los desprendimientos o sustituir el callao natural por arena.
Finalmente, tras años de reivindicación, la idea de sustituir el callao por arena natural daba fruto y se ponía en marcha acompañada de maquinaria pesada encargada del machaque de la piedra. La ilusión se difunde y el pequeño núcleo anhela pasar el verano bajo la sombrilla y con la compañía del tuperware en la playa de debajo de casa. Sin embargo, la felicidad pronto desaparece, y esa falacia de conversión a ciudadanos de primera se diluye. El ayuntamiento de la localidad no buscaba la mejora de las condiciones de vida de Los Roques, sino sacar provecho de lo único con lo que contamos por estos lares: nuestro callao.
Como conclusión parece confirmarse la nula importancia de las promesas hechas y la escasa relevancia de la opinión de los pueblos pequeños. Es más, no solo utilizan la playa para realizar los trabajos, con los ruidos y molestias que se ocasionan, sino la llevan a lugares como Radazul dejando la zona aún más asolada. La pregunta es ¿quedará algo de beneficio para el pueblo tras casi un año de trabajo o habrá sido un tiempo invertido para dejar la antigua playa de callao, llena de restos de las excavaciones, sin mejoría alguna y con las esperanzas coartadas de los núcleos de población reducida que ven que sus esfuerzos van a apoyar el progreso de los núcleos residenciales de otros municipios?
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LO QUE SE HA HECHO Y LO QUE SE HARA
Como han podido ver, se ha conseguido que se vallen todos los solares de la urbanización. Que hayan pintado las barandas del barrio. Tambien se ha logrado que cambien la ubicación del emisario submarino (para decidirla se ha coinvocado una asamblea general). En la urbanización se puso un banco cerca de la playa. Y a proposito de la playa, se está negociando la reabilitación de la Playa del Abrigo, para que podamos disfrutarla este mismo verano. Muy pronto se instalará un parque infantil al lado del Centro Cultural, que a su vez se espera inaugurar pronto (si las autoridades competentes solucionan el problema que parece tienen con el contratista de la obra misma).
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